Muchas, muchas beses en nuestra ilusión de seguir a Jesús,
le decimos que queremos compartir su cruz, aliviar su dolor. ¡qué ironía! ¿verdad?
Si ni siquiera podemos con nuestra cruz, con tanta frecuencia queremos
despojarnos de ella, queremos dejarla, no la queremos llevar, nos fastidiamos,
decimos, ya no puedo más, esto es mucho
para mí, porque a mí, solo yo y los
otros no hacen nada, tengo muchos problemas, estoy enfermo, estoy cansado,
mucho trabajo, tengo que hacer mis
tareas, tengo que estudiar un montón, no soporto más lo dejo todo, etc. Etc.
¡Qué tal! ¿Si Jesús tuviera nuestra actitud? ¿Nos hemos
puesto a pensar alguna vez? ¿Qué sería de nosotros si Jesús hubiera dejado su
cruz? ¡Esa cruz! que es la del mundo
entero, la tuya, la mía y de todos nosotros. Sin embargo, ÉL la lleva con
infinito amor, sin quejarse jamás, mucho menos pensar dejarla a medio camino, a
pesar de nuestra ingratitud, indiferencia, desamor ¿creen ustedes, que es justa
nuestra actitud? Y ¿querer dejar nuestra cruz, a como dé lugar? Meditemos en
esto muy seriamente hermano(a)s, que no es cosa de juego, decidamos con
propiedad, con sinceridad y llevemos nuestra cruz con amor, alegría, decisión, fidelidad,
perseverancia, honestidad, humildad, solidaridad etc. etc.
Después de meditar, en todo lo que hizo JESÚS, en todo lo
que sufrió y sigue sufriendo, sin tener porque, más que el único propósito de
cargar con todos nuestros errores, nuestras culpas, para poder salvarnos de la
muerte. Todo esto lo hizo y lo sigue haciendo meramente por amor, solo por amor,
sin nosotros merecerlo.
Consientes de todo
esto hermano(a)s mío(a)s abrasemos nuestra cruz, que es como abrazar al mismo
JESÚS y fundidos en ese abrazo de amor, tomemos fuerza y levantémonos, con
nuestra cruz y llevémosla con amor, alegría, paciencia, esperanza, fe, servicio,
caridad, sin quejarnos, sin dudar, sin
miedo, sin querer deshacernos de ella; sino aferrémonos más a ella; porque solo
así estaremos unidos en un solo corazón con CRISTO JESÚS, porque no ay JESÚS SIN
CRUZ, ni, CRUZ SIN JESÚS.
Que el amor, paz y
alegría del Señor los acompañe siempre, DIOS UNO Y TRINO los bendiga.
María Elena.
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