La fuerza de la navidad ilumina nuestra
vida: cuando nuestra conciencia ha sido estremecida por la realidad insondable
de DIOS hecho hombre.
El estremecimiento contrasta fuerte y
profundamente con la imposibilidad que se expresa como verdadero. El primer
impacto nos mueve al rechazo casi absoluto, de algo que no se puede, no se debe
aceptar. En este impacto se ilumina la conciencia con la luz divina derramada plácidamente
sobre la mente humana, para ver lo que no se ve. Para ver que es así lo que se supone que no puede ser.
Cuando se ve con la gracia de la fe la persona permanece en la conmoción de lo
inefable que misteriosamente fortalece y enriquece la vida.
La Navidad sin la experiencia
transformadora de la fe, sólo es un cliché psicológico-social lleno de ilusiones
humanas muchas veces superficiales y vacías.
La Navidad asumida como ilusión psicológica-social:
es pasajero se gasta fácilmente en sorpresas y alegrías efímeras, que la
mayoría confunde con la Navidad, con la fe de Navidad.
Nosotros sometidos a ésta presión
cultural, social, nos podemos adormecer y no gozar de la luz, de la alegría y
del agradecimiento al amor sorprendente e infinito del Señor.
Estemos atentos, velemos con el corazón y
volvamos siempre a la presencia misteriosa y cercana del Señor con nosotros;
vivamos siempre en la sorpresa de la revelación del Señor hecho nuestro hermano
que asume nuestra condición sumergida, sujeta al pecado para purificarla,
redimirla y llevarnos a su gloria, frente a nuestra sorpresa agradecida, y la
mirada atenta de los ángeles que ven la Luz insondable de DIOS que ama hasta el
extremo que no podemos penetrar con nuestro espíritu.
Hermano(a)
de la RCC. Y del mundo entero, FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO AÑO 2013 son los deseos
sinceros de sus hermanos en CRISTO de la RCC de Cajamarca- Perú.
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