jueves, 29 de agosto de 2013
En nuestras manos
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Tiempo para Dios
En nuestra vida tenemos muy bien programadas nuestras horas, nuestras semanas. Tiempo para trabajar, tiempo para el ejercicio, tiempo para tomar alimentos, de preferencia los que más nos gustan, tiempo para descansar o divertirnos, pero... ¿y el tiempo para Dios?. No encontramos tiempo para Dios, para orar. Teniendo comunicación con Él que es quién precisamente nos da ese tiempo que repartimos en nuestro muy personal plan de vida. Y llega el domingo... Si estamos en un lugar de descanso, de monte o de playa ¡qué difícil es programarnos para ir a misa! Si nos hemos quedado en la ciudad, ¡con qué mezquindad le damos a Dios la media hora de misa de los domingos! Para ir al cine , al teatro o a un evento deportivo nos ponemos diligentes y contentos. Queremos llegar y llegamos antes de que empiece la función, buscamos el mejor lugar para poder ver y oír lo mejor posible, ¡no nos queremos perder ni un solo detalle!. Pero la misa, y eso que la entrada es gratis, no importa llegar cuando ya está empezada la ceremonia y no nos interesa ver o no ver lo que el celebrante hace o dice en el altar y nos quedamos en la entrada para que en el momento de que nos den la bendición nos podamos ir rápidamente, como el que termina un cometido fastidioso y poco grato. Sabemos que la misa es el sacrificio incruento en que bajo las especies de pan y vino convertidas en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo ofrece el sacerdote al Eterno Padre. La misa es el acto esencial del culto católico por ser el milagro del misterio Pascual del Hijo de Dios. Como acto de culto a nuestro Creador es la adoración a la Divina Majestad, la acción de gracias por los beneficios recibidos, la reparación de nuestros pecados y de toda la humanidad, para oír su palabra y la petición de la mediación de Cristo Por todos nosotros. Es poder estar en la Cena del Señor la noche del Jueves Santo en el espacio y en el tiempo. Es poder llegar con nuestro corazón hasta Dios y si lo recibimos, es alimentarnos de El y pedir que nos acompañe en el camino que estamos recorriendo aquí hasta el final de nuestros días. Tarde o temprano ese día llegará y no queremos presentarnos a El con la frase tan conocida de "las manos vacías" sino con algo mucho peor: con el corazón vacío de amor. No le hemos querido, no le hemos amado como El nos amó hasta dar la vida por nuestra salvación eterna. Vamos viviendo indiferentes a ese gran amor y no sabemos corresponder. Cuando estemos en su presencia ¡qué ansias de volver a empezar, qué ganas de tener todo el tiempo del mundo como ahora, otra vez, toda una vida para amarlo!. Pensaremos, aunque ya demasiado tarde, en cómo desperdiciamos los minutos, las horas, los años en pequeñeces, en minucias que nos absorbieron, que nos quitaron todo nuestro tiempo para al pasar por una Iglesia entrar, dejando todos la preocupaciones afuera, y frente al Sagrario decirle a Cristo simplemente: -"Te amo y aquí estoy". Pasamos la vida corriendo tras las cosas vanas y perecederas mientras que apenas tenemos unas migajas de oración para Dios y con la media hora escasa de los domingos en la Iglesia tenemos la conciencia tranquila porque ya cumplimos. .... Cambiemos radicalmente la forma de vivir nuestra religión. Seamos radicales en este cambio. Desechemos la tibieza, el espíritu tacaño para todo lo concerniente a las cosas de Dios y amémosle con generosidad, empezando por cumplir con el primer Mandamiento que es: Amar a Dios sobre todas las cosas. ¡Qué se nos note que lo amamos, para que en los ojos de Cristo encontremos, un día, el reconocimiento del encuentro con el amigo, al llegar a su presencia!. |
Juan Bautista un gran hombre
La madre, Isabel, había escuchado no hace mucho la encantadora oración que salió espontáneamente de la boca de su prima María y que traía resonancias, como un eco lejano, del antiguo Israel. Zacarías, el padre de la criatura, permanece mudo, aunque por señas quiere hacerse entender. Las concisas palabras del Evangelio, porque es así de escueta la narración del nacimiento después del milagroso hecho de su concepción en la mayor de las desesperanzas de sus padres, encubren la realidad que está más llena de colorido en la pequeña aldea de Zacarías e Isabel; con lógica humana y social comunes se tienen los acontecimientos de una familia como propios de todas; en la pequeña población las penas y las alegrías son de todos, los miedos y los triunfos se comparten por igual, tanto como los temores. Este nacimiento era esperado con angustiosa curiosidad. ¡Tantos años de espera! Y ahora en la ancianidad... El acontecimiento inusitado cambia la rutina gris de la gente. Por eso aquel día la noticia voló de boca en boca entre los paisanos, pasa de los corros a los tajos y hasta al campo se atrevieron a mandar recados ¡Ya ha nacido el niño y nació bien! ¡Madre e hijo se encuentran estupendamente, el acontecimiento ha sido todo un éxito! Y a la casa llegan las felicitaciones y los parabienes. Primero, los vecinos que no se apartaron ni un minuto del portal; luego llegan otros y otros más. Por un rato, el tin-tin del herrero ha dejado de sonar. En la fuente, Betsabé rompió un cántaro, cuando resbaló emocionada por lo que contaban las comadres. Parece que hasta los perros ladran con más fuerza y los asnos rebuznan con más gracia. Todo es alegría en la pequeña aldea. Llegó el día octavo para la circuncisión y se le debe poner el nombre por el que se le nombrará para toda la vida. Un imparcial observador descubre desde fuera que ha habido discusiones entre los parientes que han llegado desde otros pueblos para la ceremonia; tuvieron un forcejeo por la cuestión del nombre -el clan manda mucho- y parece que prevalece la elección del nombre de Zacarías que es el que lleva el padre. Pero el anciano Zacarías está inquieto y se diría que parece protestar. Cuando llega el momento decisivo, lo escribe con el punzón en una tablilla y decide que se llame Juan. No se sabe muy bien lo que ha pasado, pero lo cierto es que todo cambió. Ahora Zacarías habla, ha recuperado la facultad de expresarse del modo más natural y anda por ahí bendiciendo al Dios de Israel, a boca llena, porque se ha dignado visitar y redimir a su pueblo. Ya no se habla más del niño hasta que llega la próxima manifestación del Reino en la que interviene. Unos dicen que tuvo que ser escondido en el desierto para librarlo de una matanza que Herodes provocó entre los bebés para salvar su reino; otros dijeron que en Qunram se hizo asceta con los esenios. El oscuro espacio intermedio no dice nada seguro hasta que «en el desierto vino la palabra de Dios sobre Juan». Se sabe que, a partir de ahora, comienza a predicar en el Jordán, ejemplarizando y gritando: ¡conversión! Bautiza a quienes le hacen caso y quieren cambiar. Todos dicen que su energía y fuerza es más que la de un profeta; hasta el mismísimo Herodes a quien no le importa demasiado Dios se ha dejado impresionar. Y eso que él no es la Luz, sino sólo su testigo. "Quien me reconocerá delante a los hombres, también yo lo reconoceré delante a mi Padre que está en los cielos". La obra de la redención, el triunfo del Reino Amor sobre el de las tinieblas se realiza en medio de la pobreza y de la persecución. Así llevó a cabo su misión el mismo Cristo, así cumplió su misión también Juan el Bautista. A los ojos del mundo parece un derrotado: prisionero, aborrecido por los poderosos según el mundo, decapitado, sepultado. Y sin embargo, es precisamente ahora, cuando la semilla que cae en tierra y muere, comienza a dar sus frutos. Esta derrota aparente es tan solo la antesala, el preludio de una victoria definitiva: la de la Resurrección. Entonces le veremos y ésa será nuestra gloria y nuestra corona. Nuestra vida de cristianos, si es una auténtico seguimiento de Cristo, es una peregrinación "en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios". Sí, llegan los ataques, las calumnias, las persecuciones... pero ellos son sólo una señal de que vivimos el amor, animados por el Espíritu Santo. Pero, si somos de Dios, si Dios nos ama y somos su pueblo... ¿Qué otra cosa importa? Él nos ama y nos quiere ver semejantes a su Hijo, como una hostia blanca dorándose bajo el sol. Sólo nos toca abandonarnos confiadamente entre sus manos, para que así pueda transformarnos en Cristo.
Autor: Archidiócesis de Madrid
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miércoles, 28 de agosto de 2013
lunes, 26 de agosto de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
lunes, 19 de agosto de 2013
sábado, 17 de agosto de 2013
jueves, 15 de agosto de 2013
Hay varios tipos de soledad.
Ya Jesús en su vida terrena sufrió esta soledad en Getsemaní y en el Calvario. María también experimentó esta soledad física al perder a su Hijo en el templo, y después en la Cruz.
¡No dejemos solo a Jesús en la eucaristía! Que siempre tengamos la delicadeza con Él de visitarlo durante el día. Él sufre y experimenta esta soledad y yo puedo hacerle más llevadero ese sentimiento humano. Podemos llenar esta soledad de Cristo con nuestra compañía íntima.
Ya en su vida terrena Jesús sufrió esta terrible soledad psicológica. ¡Cuántos de los que lo acompañaban no estaban de acuerdo con Él y discutían: fariseos, saduceos, jefes. O incluso sus mismos apóstoles no lo acompañaban en todo. Tenían otros anhelos y ambiciones muy distintas a los de Jesús.
María también experimentó esta soledad psicológica, sobre todo en la pasión y muerte de su Hijo. Se daba cuenta de que la mayoría no había captado como Ella la necesidad de la muerte de Jesús. ¿Dónde están los curados? ¿Dónde están los frutos de la predicación de mi Hijo? ¡Ni siquiera los Apóstoles captaron el sentido de la misión de su Hijo! Hagamos más suave esta soledad de Jesús teniendo en nuestro corazón esos mismos sentimientos.
Está también la soledad espiritual, que es la que experimenta el alma frente a las propias responsabilidades en las relaciones con Dios. Es la soledad que uno siente frente a Dios; es la soledad de quien sabe que sólo él y nadie más que él debe responder un “sí” o un “no” libres ante Dios.
Aquí en la eucaristía Jesús sufre también esta soledad. Solo Él sabe que debe quedarse aquí para siempre. Debe afrontar solo Él todos los agravios, sacrilegios, profanaciones. Él sabe y sólo Él, quien debe estar vigilante las veinticuatro horas del día, los treinta días del mes, los doce meses del año. ¡Él tiene que responder!, nadie puede sustituirlo. Independientemente que le hagamos caso o no. En su vida terrena Jesús experimentó esta soledad espiritual. Hasta parecía que su mismo Padre lo dejó solo. Y María misma sufrió esta soledad.
Aunque es verdad que a veces la situación de soledad puede dar la impresión de tristeza o sufrimiento, tengamos la seguridad de que dicha soledad está llena de Dios, si la unimos a la soledad de Cristo.
¿Cómo deberíamos vivir esta soledad?
Oración
Jesucristo Eucaristía, no queremos dejarte solo aquí en el Sagrario. Queremos hacer de tu Sagrario, nuestro lugar de recreación, de gozo profundo, de compañía íntima. Queremos llenar tu soledad con la música deliciosa y serena de nuestro corazón.
¡Qué pobres serían nuestras vidas sin tu compañía!
Hoy es jueves, Señor, y yo te doy mi dolor
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Cae la tarde, Señor, y yo me acuerdo de ti...
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miércoles, 14 de agosto de 2013
martes, 13 de agosto de 2013
Discernir entre lo bueno y lo malo
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Si, un día me hablaron de Dios
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¿Hay cristianismo sin contrastes?
Nunca ha sido fácil predicar el Evangelio. No lo fue para el mismo Cristo. No lo fue para los primeros cristianos. No lo fue para tantos y tantos anunciadores del pasado. No lo es tampoco en nuestro tiempo. Existe, sin embargo, el peligro de una predicación apagada, tranquila, hecha más para tranquilizar a los oyentes que para ayudar a un encuentro auténtico con Jesucristo. Ese peligro se produce cuando permitimos que la mentalidad del mundo nos domine. Entonces dejamos de sentir el fuego del Evangelio en nuestras almas y nos preocupamos en evitar críticas o reacciones negativas, en no incomodar a los oyentes. Así, resulta fácil encontrar homilías donde no se habla del pecado. O constatar que hay sacerdotes y laicos que tienen miedo a denunciar la injusticia terrible que se comete en cada aborto. O leer textos de grupos más o menos competentes en catequesis que han eliminado conceptos como los de infierno, culpa, avaricia, tibieza, lujuria y parecidos. Hay quienes piensan que de este modo atraerán a la gente a la Iglesia católica. Pero, ¿atrae la sal cuando se vuelve sosa? ¿Estimula una luz que no alumbra? ¿Es seguidor de Cristo quien deja de lado por completo la idea de la cruz y la necesidad de abnegarse cada día, quien olvida los deberes de caridad hacia los pobres, los enfermos, los más necesitados? Un cristianismo descafeinado, anonido, tibio, no es cristianismo. Será, quizá, un espejismo más o menos engañoso, pero no la fe en todo lo que realizó y predicó el Hijo de Dios que vino al mundo para rescatar al hombre del pecado. No existe cristianismo sin contrastes porque no existe cristianismo sin cruz, sin sacrificio, sin verdades que penetran más que una espada de doble filo (cf. Hb 4,12). Sólo a través del mensaje auténtico, genuino, puro, que viene de Cristo, el cristianismo llega a ser lo que quiso su Fundador: el encuentro con el Camino que lleva a la Verdad y a la Vida, que nos saca de nosotros mismos para invitarnos a acoger el Amor y a amar a Dios y a los hermanos. |
miércoles, 7 de agosto de 2013
Revelaciones de Jesús al padre Raúl López (Rafael Arango)
Escuchemos
con atención, estas hermosas revelaciones de este sacerdote, meditemos como
estamos llevando nuestras vidas y enmendémonos, no vaya hacer que seamos como
las vírgenes necias, con tanta advertencia sería muy triste que por nuestro
orgullo, soberbia, pensando que todo lo sabemos, incredulidad nos perdamos.
Te invitamos cordialmente a participar de la
Santa Misa para sanación, el último jueves de cada mes, en la iglesia Santa
Catalina (Catedral) a las 7:00 pm. Y el
segundo lunes de cada mes en la iglesia San Martin AV. Mario Urteaga cuadra 8
(a cuadra y media de la Plazuela Víctor Raúl) a las 7: 00 p.m. Eres muy especial para DIOS. ¡¡¡JESÚS te
espera!!!
Te invitamos a
participar en los Grupos de Oración de la Renovación Carismática Católica –
Cajamarca. Escoge el lugar donde mejor te conviene:
Grupo : Virgen del Camino
Lugar : Casa de Retiro “Virgen del Camino” (Av. Mártires de Uchura cay N°1964 )
Día y Hora : Lunes – 6:30
p.m.
Grupo : “Santa Rosa de Lima”
Lugar : Salón de la Iglesia Santa
Catallina (La
Catedral) - Jr. Amalia Puga N°
540
Día y Hora : Jueves – 7:00 p.m.
Grupo : “Dios es Amor”
Lugar : Capilla San Francisco (entre Jr. El
Milagro y Prolg. Diego Ferré
Día y Hora : viernes – 4:00 p.m.
Grupo : “Jesús el Buen Pastor”
Lugar : Capilla Santa Elena (esquina
Jr. Diego Ferré y Jr. José Olaya
Día y Hora : Sábado – 4:00 p.m.
Grupo : “Plegarias al Espíritu
Santo”
Lugar : Iglesia San José (Jr. Miguel Iglesias
Día y Hora : Domingo – 3:00 p.m.
Grupo : de Jóvenes
Lugar : Salón de la Iglesia Santa Catalina (La Catedral) - Jr. Amalia
Puga
N°
540
Día y Hora: Domingo –
3:00 p.m.
Si no vives en
Cajamarca, busca un grupo de la RCC en tu ciudad y participa.
¡¡¡Jesús te espera…!!!
El Sacerdote que Vio a La Virgen Maria! (Impresionante!!)
No pequemos de incredulidad, pensemos que la Madre
y su amadísimo hijo nuestro señor JESUCRISTO, por todos los medios nos está advirtiendo,
no seamos sordos, no quiere que nadie nos perdamos; pero está en nosotros hacer
nuestra parte.
Te invitamos cordialmente a participar de la
Santa Misa para sanación, el último jueves de cada mes, en la iglesia Santa
Catalina (Catedral) a las 7:00 pm. Y el
segundo lunes de cada mes en la iglesia San Martin AV. Mario Urteaga cuadra 8
(a cuadra y media de la Plazuela Víctor Raúl) a las 7: 00 p.m. Eres muy especial para DIOS. ¡¡¡JESÚS te
espera!!!
Te invitamos a
participar en los Grupos de Oración de la Renovación Carismática Católica –
Cajamarca. Escoge el lugar donde mejor te conviene:
Grupo : Virgen del Camino
Lugar : Casa de Retiro “Virgen del Camino” (Av. Mártires de Uchura cay N°1964 )
Día y Hora : Lunes – 6:30
p.m.
Grupo : “Santa Rosa de Lima”
Lugar : Salón de la Iglesia Santa
Catallina (La
Catedral) - Jr. Amalia Puga N°
540
Día y Hora : Jueves – 7:00 p.m.
Grupo : “Dios es Amor”
Lugar : Capilla San Francisco (entre Jr. El
Milagro y Prolg. Diego Ferré
Día y Hora : viernes – 4:00 p.m.
Grupo : “Jesús el Buen Pastor”
Lugar : Capilla Santa Elena (esquina
Jr. Diego Ferré y Jr. José Olaya
Día y Hora : Sábado – 4:00 p.m.
Grupo : “Plegarias al Espíritu
Santo”
Lugar : Iglesia San José (Jr. Miguel Iglesias
Día y Hora : Domingo – 3:00 p.m.
Grupo : de Jóvenes
Lugar : Salón de la Iglesia Santa Catalina (La Catedral) - Jr. Amalia
Puga
N°
540
Día y Hora: Domingo –
3:00 p.m.
Si no vives en
Cajamarca, busca un grupo de la RCC en tu ciudad y participa.
¡¡¡Jesús te espera…!!!
Conoce al diablo para poder vencerle
Es preciso conocer al enemigo de lo contrario
te seduce y engaña con facilidad, no le demos ese chance por nuestra
negligencia, es hora que nos dejemos de
pensar que todo lo sabemos y desechemos muchas verdades que nos ayudaran a
salvarnos.
Te invitamos cordialmente a participar de la
Santa Misa para sanación, el último jueves de cada mes, en la iglesia Santa
Catalina (Catedral) a las 7:00 pm. Y el
segundo lunes de cada mes en la iglesia San Martin AV. Mario Urteaga cuadra 8
(a cuadra y media de la Plazuela Víctor Raúl) a las 7: 00 p.m. Eres muy especial para DIOS. ¡¡¡JESÚS te
espera!!!
Te invitamos a
participar en los Grupos de Oración de la Renovación Carismática Católica –
Cajamarca. Escoge el lugar donde mejor te conviene:
Grupo : Virgen del Camino
Lugar : Casa de Retiro “Virgen del Camino” (Av. Mártires de Uchura cay N°1964 )
Día y Hora : Lunes – 6:30
p.m.
Grupo : “Santa Rosa de Lima”
Lugar : Salón de la Iglesia Santa
Catallina (La
Catedral) - Jr. Amalia Puga N°
540
Día y Hora : Jueves – 7:00 p.m.
Grupo : “Dios es Amor”
Lugar : Capilla San Francisco (entre Jr. El
Milagro y Prolg. Diego Ferré
Día y Hora : viernes – 4:00 p.m.
Grupo : “Jesús el Buen Pastor”
Lugar : Capilla Santa Elena (esquina
Jr. Diego Ferré y Jr. José Olaya
Día y Hora : Sábado – 4:00 p.m.
Grupo : “Plegarias al Espíritu
Santo”
Lugar : Iglesia San José (Jr. Miguel Iglesias
Día y Hora : Domingo – 3:00 p.m.
Grupo : de Jóvenes
Lugar : Salón de la Iglesia Santa Catalina (La Catedral) - Jr. Amalia
Puga
N°
540
Día y Hora: Domingo –
3:00 p.m.
Si no vives en
Cajamarca, busca un grupo de la RCC en tu ciudad y participa.
¡¡¡Jesús te espera…!!!
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