Estamos acostumbrados a ver rosarios
colgados en el retrovisor de cada taxi o camión, también es como una moda usarlo
en el cuello o bien cargarlo como una pulsera cualquiera. Para muchas personas
el rosario es un simple adorno que "se ve bien".
Un santo sacerdote
decía: "un buen cristiano va siempre armado de su rosario". No se trata
simplemente de llevarlo para que se vea, sino de usarlo.
Lo que nos mueve
a rezarlo es el ejemplo, creo que todos hemos visto la devoción de alguna
persona cuando reza el rosario. Yo pienso en mi papá, siempre que entraba a su
cuarto, estaba haciendo ejercicio con el rosario entre las manos. También he
visto a miles de personas rezar el rosario, viviendo con mucha devoción y
silencio interior. Porque el rosario es ante todo una oración contemplativa y no
puede vivirse si falta el silencio interior.
El rosario es y ha sido
durante años la oración que la Iglesia dirige a María. No se trata de repetir lo
mismo, al decir las Ave Maria nos dejamos guiar por las manos de la Virgen,
meditando los misterios alegres, luminosos, dolorosos y gloriosos.
El
Rosario está todo entretejido de la vida de Cristo. Primero se enuncia el
misterio, sigue la oración que Él enseñó a sus discípulos, la primera parte del
Avemaría, recuerdan las primeras palabras del ángel a María, "la llena de
gracia". La segunda parte del Avemaría es como la respuesta de los hijos que,
dirigiéndose suplicantes a la Madre, le piden con insistencia "ruega por
nosotros los pecadores".
Octubre es el mes de María, mes que podemos
dedicar a recorrer con María los misterios de la vida de su Hijo. Es sobre todo
un tiempo para contagiar a los demás de está oración, como decía el Papa: "para
ser apóstoles del Rosario es necesario tener experiencia en primera persona de
la belleza y profundidad de esta oración, sencilla y accesible a todos".
Este mes traerá muchos acontecimientos importantes, también celebraremos
la memoria del beato Juan Pablo II, un Papa totalmente consagrado a Jesús por
medio de María, como lo manifestaba claramente su lema: «Totus tuus». Fue
elegido en el mes del Rosario, y el Rosario, que con frecuencia llevaba entre
sus manos, se convirtió en su oración predilecta. Ojalá podamos nosotros también
llevar con frecuencia en nuestras manos el rosario y dejar que Ella nos conceda
decisión y alegría, para "hacer del Rosario nuestra oración de todos los días".
Autor: Mariano Hernández
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