Todos las personas estamos
llamadas a la santidad, Dios nos llama a la perfección, Cristo nos lo dice
claramente: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto".
Estas son palabras que no dejan duda alguna. Todos los creyentes,
independientemente de nuestro estado o condición de vida, tenemos que ir
creciendo para alcanzar la plenitud de la vida cristiana.
Sería bueno
pensar en cómo se encuentra nuestra vida cristiana para luego emprender el
camino hacia la perfección.
Este crecimiento nos puede parecer muy
difícil, pero tenemos los medios necesarios:
Algunos de ellos son
esenciales, tales como:
la lucha contra el pecado,
estar alertas para no caer en tentaciones,
acudir a los sacramentos frecuentemente, ya que la vida sacramental nos
fortalece;
las buenas obras, que nos alcanzan méritos allá en el cielo;
la oración, ese diálogo con Dios en donde se pueden encontrar las fuerzas
necesarias y pedir aquellos dones que nos hacen falta,
Además de los
esenciales, tenemos otros medios, los secundarios. Que pueden ser
internos, entre los cuales encontramos:
la presencia de Dios en nuestra alma,
el examen de conciencia para conocer nuestras debilidades o fallas,
tener el deseo de alcanzar la perfección,
estar conformes con la voluntad de Dios, es decir, aceptar Su plan para mi,
por muy difícil que sea,
ser fieles a la gracia recibida,
mejorar el propio temperamento,
trabajar en la formación del carácter.
Luego, tenemos los medios
externos:
la lectura espiritual, mediante la cual podemos ir conociendo nuestra fe,
el círculo de amistades, hay que saber escogerlas bien,
la dirección espiritual cuando sea posible,
el servicio a los demás y
el plan o programa de vida.
Es importante tener un plan de
vida que nos ayude a crecer, en todas las áreas potenciales de nuestra
vida, ya que es un deber utilizar y sacar el mejor provecho de nuestros
talentos, para que a la hora de dar cuentas, podamos responder con resultados
objetivos sobre esos dones.
¿Qué es un programa de vida
espiritual?
Es un plan de acción que te ayuda a crecer integralmente,
atacando directamente aquellos puntos que te impiden llegar a realizarte en
plenitud.
¿Qué se necesita para realizarlo?
1.
Interés por mejorar
2. Conocimiento profundo de tu personalidad,
detectando las manifestaciones de soberbia y sensualidad
3. Un
asesor o guía espiritual de confianza (sacerdote, religiosa...)para que te ayude
a encontrar con mayor exactitud las manifestaciones de la soberbia y la
sensualidad y poder poner medios concretos para aprovechar y encaminar esas
manifestaciones.
4. Tiempo para hacer una evaluación semanal o
quincenal del programa de vida.
5. Un
formato
Formato de un Programa de vida
Para un mayor
conocimiento de nuestra persona dividimos el programa de vida en dos grandes
apartados:
I. El Análisis: El “SOY” junto con las acciones que
realizo.
II. Los medios concretos de crecimiento: El “DEBO SER”
junto con las acciones que quiero hacer
I.
Análisis
1. Con Dios: Vida de Oración Vida de
gracia Vida sacramental Compromisos con mi parroquia, al movimiento que
pertenezco, etc.
2. Con los demás: Familia (-Esposo(a),
hijos...-Papás, hermanos...) Amigos Novio(a)
3. Conmigo
mismo: Trato Autoestima Crecimiento humano
II.
Medios de crecimiento
1. Con Dios: Vida de
Oración Vida de gracia Vida sacramental Compromisos con mi parroquia,
movimiento al que petenezco, apostolado, etc.
2. Con los demás:
Familia (-Esposo(a), hijos...-, -Papas,
hermanos...) Amigos Novio(a)
3. Conmigo
mismo: Trato Autoestima Crecimiento humano
Una vez
hecho este análisis se busca a una persona (algún santo actual, incluso es
recomendable la persona de Jesucristo o la de María) que me impulse a seguir
tras ese ideal alcanzable; se busca también un lema que le motive a seguir
adelante, cuando se presenten momentos de lucha o de dificultad...
Autor: Catholic.net | Fuente:
Catholic.net
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