Pocas veces somos ofendidos;
muchas veces nos sentimos ofendidos.
Perdonar es abandonar o
eliminar un sentimiento adverso contra el hermano.
¿Quién sufre: el que odia o
el que es odiado?
El que es odiado vive feliz,
generalmente en su mundo. El que cultiva el rencor se parece a aquél que
agarra una brasa ardiente o al que atiza una llama; pareciera que la llama quema
al enemigo, pero no, se quema uno mismo.
El resentimiento sólo
destruye al resentido.
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