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Hoy di: ¡Gracias,
Padre! |
Hoy sé un hijo
agradecido.
Levanta la mirada y dile gracias al Creador del
universo:
Padre:
Gracias por el don de la
existencia. Gracias por haberme hecho a tu imagen y semejanza. Gracias por
el don gratuito de tu amor, gracias por amarme como soy. Gracias porque me
has dado ojos para ver, oídos para escuchar, manos para
acariciar, inteligencia para conocer la verdad, voluntad para buscar el
bien, corazón para amar y para hacerlo tu morada. ¡Mi corazón: templo de
la Trinidad! ¡Cosa maravillosa!
Gracias por la capacidad de asombro que
me diste. Gracias por mis padres, por mi familia, por tener un hogar que me
cobija. Gracias por los amigos fieles y también por los que me han hecho
sufrir. Gracias por los tiempos dolorosos de mi vida, por dejarme sentir
la soledad para venir luego a colmarla con tu misericordia. Gracias por
quienes rezan por mí. Gracias por la vocación y misión que me
confiaste. Gracias por haber puesto tu mirada en mí, gracias por confiar en
mí. Gracias por tantas experiencias bellas de mi vida. Gracias sobre todo
por la experiencia del amor de Cristo. Gracias por haberlo enviado a vivir
con nosotros como uno de nosotros, para revelarnos tu rostro, redimirnos y
trazarnos el camino. Nos amó hasta el extremo, nos dio como Madre a María
Santísima, se quedó para siempre en la Eucaristía, y al final nos entregó
a su mismo Espíritu, fuente del mayor consuelo. Gracias por mi bautismo, por
mi Madre la Iglesia, por mi ángel de la guarda y por esperarme con los brazos
abiertos en el cielo. Gracias por tu paciencia conmigo, gracias por
perdonarme siempre y por seguirme amando sin guardar resentimientos. Gracias
por la vida y por la eternidad que me espera. Una y mil veces: ¡Gracias
Padre!
Autor: P. Evaristo Sada LC
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