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Soy tu
Madre |
Mamá
Es la
primera palabra que aprenden los niños. Los niños crecen seguros cuando han
logrado estrechar una relación con su madre. No importa que no la vean, saben
que está ahí y por eso no tienen miedo.
¿Quién es esta Mujer? Juan Pablo
II la invocaba: «totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt». Y la tenía en su
escudo y en su corazón.
¿Quién es esta Mujer? Se le apareció a una niñita
en una cueva y le dijo: «Yo soy la Inmaculada Concepción». ¿Quién es esta Mujer?
Miguel Ángel la esculpió en mármol de Carrara.
¿Quién es esta
Mujer? París puso su nombre a su catedral.
¿Quién es esta Mujer? Éfeso
le dio el título más grande que jamás ha recibido alguna mujer.
¿Quién es
esta Mujer? En torno a Ella la Iglesia primitiva perseveraba unida en la
oración.
¿Quién es esta Mujer? El ángel le dijo: «no
temas».
Mujer, tú que escuchaste del ángel del Señor: «no temas», dinos:
¿es verdad? ¿Es verdad que no hay que tener miedo? Mira el mundo… Mira la
Iglesia… Mira mi vida… Mira mi pecado… ¿Es verdad, Mujer? ¿Es verdad que no
hemos de temer?
Dinos, Mujer, ¿qué le dijiste a san Juan Diego en el
Tepeyac? ¿Qué le dijiste al joven Karol Wojtyla que después, siendo Papa, tantas
veces nos repitió «no tengáis miedo»?
Respóndenos, Mujer, dinos algo…
¿quién eres?
No temas esta enfermedad, ni ninguna otra enfermedad, ni
cosa difícil o aflictiva. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi
sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de
mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra
cosa?.
Si es así, si eres mi Madre, si estás aquí… no temo, María. En
medio de la oscuridad, en medio del desierto no temo, María, porque tú estás
conmigo. Estoy a punto de comenzar una misión y no sé lo que me espera, pero no
temo porque tú estás conmigo. En unos meses pueden pasar muchas cosas pero no
temo porque tú estás conmigo.
Tengo una responsabilidad muy grande sobre
mis hombros, no sé si puedo, pero no temo porque tú estás conmigo. Entonces, mi
última palabra en la hora de mi muerte será la misma que la primera que
pronuncié de niño… «Mamá».
Autor:
H. Javier Ayala, LC
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