La auto-estima es
un campo fascinante y dentro de la superación personal todavía más, pero
también es un tema profundo…
Todos hemos
envidiado alguna vez ese tipo de persona que emana confianza absoluta en sí
misma.
Lo percibimos a
través de su forma de “estar”. Lo vemos en su forma de caminar, de saludar, de
expresarse verbalmente y en lo bien que se está a su lado. Podemos decir de él
o ella, que es una persona que goza de una sana auto-estima o de un sano
concepto de sí mismo.
Uno de los factores
psicológicos que más afecta nuestras relaciones humanas, es la auto-estima o
amor ordenado por uno mismo. Una de las vertientes que más afecta la
personalidad y la conquista de relaciones estables con uno mismo y el mundo es
la auto-estima.
Lamentablemente de
los miles de artículos y cientos de libros que existen en el Mercado sobre este
tema, hay muchos que lo que han hecho es dar una orientación que confunde a las
personas.La auto-estima es un campo fascinante y dentro de la superación personal todavía más, pero también es un tema profundo y que requiere de mucha investigación y estudio para poder ser efectivos en la transmisión de la misma a los nuestros. Para nosotros los cristianos, la auto-estima o el amor que debemos sentir hacia nuestra propia forma de lucir y ser viene dada por el hecho de pertenecer a una categoría superior a la de los animales y las plantas.
Somos hijos de Dios. Seres humanos dotados de un alma que está destinada a ser eterna y en donde radican las potencias singulares que nos distinguen de los demás seres de la creación. Inteligencia y voluntad. Porque somos inteligentes, podemos pensar, reflexionar, decidir, actuar, y construir un auto-concepto que nos conduzca hacia el bien de nosotros mismos y por efecto, al bien de los demás.
La inteligencia es
la chispa de Dios en nuestra alma y su propósito primero y último es
conocerlo.(Si el hombre puede olvidar o rechazar a Dios, Dios no cesa de llamar
a todo hombre a buscarle para que viva y encuentre la dicha. Pero esta búsqueda
exige del hombre todo el esfuerzo de su inteligencia, la rectitud de su
voluntad, “un corazón recto”, y también el testimonio de otros que le enseñen a
buscar a Dios).
Para esto se nos
dio la voluntad. La voluntad me empuja a decidirme a emprender una tarea del
conocimiento de mí mismo. Conocerme a mí mismo y saber quien soy y que hago
aquí en esta tierra, es importante para poder conocer a los demás y exprimir lo
mejor de ellos a través de nuestro trato.
Se necesita
voluntad para zambullirse dentro de las aguas del yo profundo. Sin Dios como
Capitán en ese bucear, se nos puede llevar por caminos equivocados de egoísmo
permisivo hasta hacer que terminemos creyendo que somos dioses. No lo somos.
Somos hijos de Dios
y es esta la razón más alta de nuestra dignidad
Se nos ha dado el
regalo de ser hechos a su imagen y semejanza. Es por esto , que es importante
antes de entrar en la pura psicología de la auto-estima que sepamos, que somos
comos hombres a partir de Dios y las vías que nos llevan al conocimiento del mismo.
Vías para acercarse
a Dios como punto de partida y la creación
El mundo: Del orden
y de la belleza del mundo se pude conocer a Dios como origen y fin del
universo.
Podemos ponerlo más
claro con palabras de San Agustín: “Interroga a la belleza de la tierra,
interroga a la belleza del mar, interroga a la belleza del aire que se dilata y
se difunde, interroga a la belleza del cielo…interroga a todas estas
realidades. Todas te responden: Ve, nosotras somos bellas. Su belleza es una
profesión. Estas bellezas sujetas a cambio, ¿quién las ha hecho sino la Suma
Belleza , no sujeta a cambio?
Contemplar la
naturaleza, el cielo y sus diferentes movimientos de nubes; lograr asombrarse
ante la caída de una catarata y la majestad de un águila en pleno vuelo, es
contemplar y conocer la belleza de la Majestad y Potencia de Dios.
El ser humano
Con su apertura a
la verdad y a la belleza, con su sentido del deber, con su libertad y a la voz
de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se
interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su
alma espiritual. La “semilla de la eternidad que lleva en sí, al ser
irreducible a la sola material”, su alma, no puede tener origen más que en
Dios.
Es importante que
si somos solteras, solteros, esposos, esposas, madres y padres, tengamos claro
que la tarea educativa de sembrar auto-estima en nuestros hijos, tenga su raíz
a partir de Dios. No podemos quedarnos a nivel de psicología pura, ya que el
hombre no es sólo psiquis. La naturaleza del hombre es sobre todo “espiritual”,
esto, es lo que nos hace ser, seres humanos. Una educación en la auto-estima
que no considere esto, a la larga hará que el hombre o la mujer tambalee ya que
su fuerza estará enraizada en el hombre mismo para su funcionamiento y
confianza en sí mismo, y no en Aquel que por amor lo creo. Así pues, sirva esté
amplio preámbulo para entrar al mundo fascinante de la auto-estima.
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