Bajo una fuerte lluvia, Francisco dijo hoy que la Iglesia es obra de Dios y que está compuesta por pastores y fieles con sus defectos y pecados. "Hasta el papa tiene pecados.y muchos", destacó, pero agregó que Dios siempre perdona.
"En este proyecto encuentra sus raíces la Iglesia, que no es una organización nacida del acuerdo entre algunas personas, sino, como nos recordó tantas veces el papa Benedicto XVI, que es obra de Dios", afirmó el Pontífice.
El Obispo de Roma agregó que la Iglesia nace del deseo de Dios de llamar a todos los hombres a la comunión con él, a su amistad, "a salir del individualismo, a la tendencia a cerrarse en sí mismos y a formar parte de su familia".
El pontífice subrayó que todavía muchas dicen creer en Cristo, pero no en la Iglesia. "Por supuesto que en quienes la componen -pastores y fieles- hay defectos, imperfecciones y pecados. También el papa tiene muchos pecados, y muchos, pero cuando nos damos cuenta de ese pecado, encontramos la misericordia de Dios", dijo el primer papa argentino. "Dios siempre perdona. No olvidemos esto", remarcó.
En esa línea, el papa dijo que Dios ha creado al hombre para que viva en profunda relación con Él y que incluso "cuando el pecado ha roto esa relación, Dios no nos abandona".
A la audiencia asistieron varios miles de fieles de España, El Salvador, Ecuador, Honduras, Perú, Argentina, México y otros países latinoamericanos, a los que invitó a vivir la fe, "no sólo como un don y un acto personal, sino como respuesta a la llamada de Dios de vivir juntos, siendo la gran familia de los convocados por Él".
Entre los asistentes se encontraba el sacerdotes español padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, y un grupo de responsables y beneficiarios de los centros sociales de esta ONG en España y en otros países. Una mujer argentina, que vive en una residencia de mayores de Mensajeros de la Paz en Buenos Aires también acudió junto al padre Ángel a la audiencia.
Antes de comenzar la audiencia, como ya es habitual, Francisco recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil durante más de media hora, en medio de los aplausos y vivas de las decenas de miles de fieles presentes, que desafiaron la lluvia que en esos momentos caía en Roma con coloridos paraguas.
El Papa no se resguardó de la lluvia y prosiguió su recorrido por la plaza visiblemente mojado. Cuando concluyó y subió al estrado donde leyó la catequesis se le vio secarse la cara y el pelo.
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