¿Será la sonrisa un símbolo de alegría?, ¿y la alegría es capaz de transformarlo
todo?, ¿tú, qué dices? yo digo que sí. Es como un tesoro inacabable que mientras
más da, más se llena.
Quien muestra una sonrisa, transpira alegría,
atrae y nunca deja las cosas igual. Todos queremos, es más, buscamos estar con
quien nos anima y estimula, buscamos a las personas alegres y que siempre tienen
en su rostro una sonrisa. Puede ser que la vida nos trate mal, pero el estar con
personas alegres es siempre un descanso en la montaña de la vida. Y cuando esas
personas se apartan, dejan un hueco profundo en el alma y se van de la historia
dejando en herencia un mundo mejor.
Basta una leve sonrisa en tus labios
para levantar el corazón, para mantener el buen humor, para conservar la paz del
alma, para ayudar a la salud, para embellecer la cara, para despertar buenos
pensamientos, para inspirar generosas obras. Enséñate a sonreír, estudia la
maestría de la sonrisa y demuéstrale a los sabios e intelectuales de este mundo,
que aquí está el verdadero arte de vivir, el verdadero arte de ser feliz, en
definitiva, la presencia de Dios en tu alma.
Sonríete hasta que notes que
tu constante seriedad y severidad se hayan desvanecido. Sonríete hasta entibiar
tu propio corazón con ese rayo de sol; irradia tu sonrisa: esa sonrisa tiene
muchos trabajos que hacer, ponla al servicio de Dios. ¿Porqué no convertirte en
apóstol de la sonrisa ahora? la sonrisa es tu instrumento, la caña para pescar
almas y hacerlas felices. Santificando la gracia que habita en tí, te dará el
encanto especial que necesitas para transmitir a los otros ese
bien.
Sonríe a los tristes.
Sonríe a los tímidos.
Sonríe a los
amigos.
Sonríe a los jóvenes.
Sonríe a los ancianos.
Sonríe a tu
familia.
Sonríe en tus penas.
Sonríe en tus pruebas.
Sonríe en tus
soledades.
Sonríe por amor a Jesús.
Sonríe por amor a las
almas.
Deja que todos se alegren con la simpatía y belleza de tu cara
sonriente. Cuenta, si puedes, el número de sonrisas que has distribuído entre
los demás cada día; su número te indicará cuántas veces has promovido contento
alegría, satisfacción, ánimo o confianza en el corazón de los demás. Estas
buenas disposiciones siempre son el principio de obras generosas y actos nobles.
La influencia de tu sonrisa obra maravillas que tú ignoras.
Tu sonrisa
puede llevar esperanza y abrir horizontes a los agobiados, a los deprimidos, a
los descorazonados, a los oprimidos y a los desesperados. Tu sonrisa puede ser
el camino para llevar las almas a la Fe. Tu sonrisa puede ser el primer paso que
lleve al pecador hacia Dios. También sonríele a Dios. Sonríe a Dios mientras
aceptas con amor todo lo que Él te manda y merecerás la radiante sonrisa que
Cristo fija en tí con especial amor por toda la eternidad.
"Sufrir
con amor es delicioso, pero sonreír en el sufrimiento es el arte supremo del
amor. Sonreír en el sufrimiento, es cubrir con pétalos vistosos y perfumados las
espinas de la vida, para que los demás sólo vean lo que agrada, y Dios, que ve
en lo profundo, anote lo que nos va a recompensar".
Autor: P. Dennis Doren
LC
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