jueves, 23 de mayo de 2013

Dios amigo del hombre.



Con el recuerdo de lo que dice el poeta:

Cuando al rozar las espinas del dolor y desencanto,/ el corazón duele tanto que brota sangre al latir… / y mueren las ilusiones por no tener un abrigo,/ ¡ qué dulce es un pecho amigo que entienda nuestro sufrir!”

Sabemos que siempre estaremos necesitados de esto porque la vida a veces nos hace llorar y sentirnos tristes y abrumados porque alguien nos lastimó o ciertas circunstancias nos obligaron a pasar por trances dolorosos la pérdida de un ser querido, la ausencia de un ser amado, la soledad , un mal momento económico, las enfermedades, un desamor, un sueño roto… en fin, nos llegan momentos tan difíciles que solo la compañía y la compresión de un buen amigo o amiga nos conforta, nos arropa y nos da la fuerza para seguir…

Cuando podemos tener ese “regalo de amistad “medicinal” tan sincero y cálido debemos sentirnos privilegiados y lo somos pues nada en este mundo se puede comparar con la dicha de tener “ese amigo” que sabe de nuestro dolor , lo comparte y nos da valor para poder mirar a la vida de frente… ¡ ese amigo o amigos son invaluables !

Pero el AMIGO, así con mayúsculas, es Jesús, el Hijo de Dios, el que se hizo hombre para poder conocer mejor nuestro corazón y darnos el apoyo y el amor que necesitamos siempre, pero más, en algunos momentos de nuestra vida.

Jesús sabía que íbamos a sufrir y por eso se quedó en el Sagrario y por eso y en ese pedacito de pan está su Cuerpo, su Sangre y su Divinidad.

¡Amigo del hombre ! Pero más amigo, y sabe querer especialmente, a los que sufren, amigo de los enfermos, amigo de los jóvenes que batallan con arrojo para conservarse puros y limpios en este “mar” de sugestiones nocivas y tentaciones de pecado, amigo de los niños, de los que mueren de hambre, de los que están sin libertad a pesar de ser inocentes, de los que no tienen trabajo de los ancianos que viven en olvido y desamor…

El es el AMIGO que nuca se cansa de esperar, que es fiel, que siempre escucha y que sabe perdonar y hasta disculpa cuando nos alejamos y nos olvidamos de El…. Y El seguirá esperando con el mismo cariño, con la misma ternura para abrazarnos y secar nuestras lágrimas al volver a Él, porque nada hay que se le pueda comparar ya que dando su vida en la cruz, sus brazos están abiertos para recibirnos y sabemos que no hay amor más grande que el que da su vida por un amigo. Es por eso que ÉL, es EL AMIGO MEJOR Y MÁS AMIGO QUE PODEMOS TENER.

Termino ofreciéndoles estas palabras del P. Ignacio Larrañaga:

Llegaste a mi humilde y discretamente, para ofrecerme tu amistad. Me elevaste a tu nivel, bajándote tu al mío, y deseando un trato familiar, pleno de abandono. Quieres que tu amistad sea fecunda y productiva, para mi mismo y para los demás. Dios amigo del hombre. Creador amigo de la creatura. Santo amigo del pecador. Eres el amigo ideal, que nunca falla en su fidelidad y nunca se rehúsa a sí mismo. Al ofrecimiento de tan magnífica amistad, quisiera corresponder como Tú lo esperas y mereces procediendo siempre como tu amigo. Amén”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario